
Como te explicaba en el anterior post, el perfeccionismo es un mal que padecemos muchos de nosotros bien disfrazado de virtud. Hoy te traigo 6 ideas para reducir al perfeccionista que llevas dentro.
El perfeccionismo genera unas expectativas altísimas que los actos de la realidad no pueden alcanzar. Y la comparación siempre es para denostar lo que vivimos en la realidad, provocando de insatisfacción casi constante.
Sin duda alguna es lo que más he trabajado a través de la Arteterapia de manera directa o indirecta. El trabajo artístico pone a prueba la capacidad de aceptación de la realidad como nunca lo había trabajado. Y aunque a menudo sufro de “perfeccionismo agudo” en los años he aprendido a detectarlo con más facilidad y sobrellevar una actitud de aceptación y positividad con bastante soltura.
No me gusta dar clases magistrales porque siento que cada uno tiene su propia verdad y que lo que me funciona a mí, puede no funcionarte a ti. No obstante, me nace darte algunas ideas que aplico en mi vida y animarte a que me cuentes las tuyas en comentarios.
6 Ideas para que la expectativa no fulmine la realidad ni viceversa.
1. Tomar consciencia
Sé consciente de que lo que sueñas y lo que se va a cumplir son hechos que no serán idénticos. Que los hechos que se cumplen son los anunciados de lo que quieres que se cumplan. Sólo eso, es el enunciado. Todo lo que habías soñado que se cumpliría es paja, y el Universo, Dios o en lo que creas no atiende al mínimo detalle, atiende al enunciado de tu plan A.
Y para muestra, un botón.
Mi plan A: Quiero que mi trabajo me permita conciliar con mi vida personal.

Caaaaaaaasi igual igual
2. Muévete en la Fenomenología
Es un movimiento filosófico creado por Edmund Husserl. Es difícil simplificar en unas frases toda una filosofía, pero su postulado apuesta por la vivencia personal de cada uno para dar sentido a lo que acontece. Los hechos crean “los objetos” y no al revés. Las cosas ocurren porque la persona las crea. Y más específico para lo que me refiero hoy: las situaciones acontecen. El hecho ocurre de manera neutra, sin cláusulas ni condiciones sine qua non. Ocurren, así de sencillo. Y es la persona la que tilda la situación como buena o mala, completa o incompleta, sana o insana. Esto ayuda a tomar distancia a lo que se está viviendo, y en muchos casos sufriendo. Viviendo la situación como algo que simplemente ocurre, serás capaz de no hundirte porque la realidad no se asemeja a la expectativa.
3. Ponle humor
Dentro de las posibilidades y respetando los sentimientos de terceras personas. Poner unas risas a lo que te está ocurriendo, que parece muy lejano a lo que esperabas, es lo más sano que puedes hacer en ese momento. El humor empieza por contrastar con ironía lo que esperabas a lo que es realmente para acabar riéndote de la película que has montado en tu cabeza y la fantasía y, en definitiva, de ti. En esos momentos eres capaz de destapar la humildad y abrazar la autocompasión, de que eres humano y errar es nuestra manera de aprender y mejorar.
4. Practica el conformismo
El conformismo me ha acompañado en casi todos los pasos de mi vida. Aunque en sí es una herramienta que hay que dosificar puesto que, en extremo, genera resignación y pasividad.
Se caracteriza por adaptarse ante las circunstancias. Ayuda a cambiar el prisma con el que mirabas, liberador como poco. ¿Por qué hay que hacerlo todo bien y a la primera? ¿Por qué lo que hacemos debe ser la versión definitiva?
No puedes cambiar las cartas que te tocan, tienes unas habilidades y tienes unos recursos concretos, hoy harás lo que esté en tu mano para logar tu objetivo. El resultado seguramente te salve el día, ¿y mañana? Mañana tendrás habilidades y recursos más adecuados para logar tu objetivo. Aquello que deseas, tu plan A, se ha conseguido en el día de hoy. Si el perfeccionismo sobrevuela prueba a calmarlo con “hoy está suficientemente bien”. Es como dejar una puerta abierta al perfeccionismo, porque sea lo que sea que está por mejorar lo harás más adelante, pero hoy se hizo, y quedó de esa manera, de una manera suficientemente buena.
Además, es posible que tus deseos varíen a medida que pase el tiempo, no necesitas lograr un objetivo que sea válido eternamente.
5. Plantea variables
Los sueños van por libre, pero tu parte racional sabe cómo los sueños afectan a la aceptación de la realidad, así que te invito a que con los conocimientos que tienes sobre ti y sobre las situaciones que has vivido que plantees un plan B, y hasta un plan C. Plantea qué puede fallar y busca posibles soluciones antes de que la realidad te tambalee.
6. Persevera
Espero que estas ideas te hayan servido, me encantará saber cómo pones a raya a tu perfeccionista. Te deseo una realidad bastante fiel a tus expectativas.
Gracias por pasarte a leer. Siéntete libre para comentar.
Pilar says
Maite, muchas gracias por este post. Me he sentido totalmente identificada y espero ir poco a poco poniendo en práctica lo que dices. Ahí voy trabajando y deduzco de tus palabras que eres una persona que se ha trabajado mucho interiormente.
Artísticamente ese perfeccionismo en mi vida se plasmaba en que yo no podía hacer otra cosa más que óleo por la posibilidad de retocar y retocar infinitamente que ofrecía; desde que estoy en mi trabajo personal «me arriesgué» por la acuarela para obligarme a soltar!!! soltar el trazo y soltar en todos los sentidos y ahí estoy…
Maite Galán says
Muchas gracias, Pilar, por tus palabras. Me parece fantástico que te hayas animado a dejarte llevar y disfrutar de las imprevisibles acuarelas. Qué potente lo que me cuentas, espero que tu gran paso de cambiar de material se vea reflejado también a nivel interior. Un abrazo y fluye 🙂