
Hoy vengo con un tema universal. El miedo. Lo siento yo, lo sientes tú y lo sienten las personas que viven en la otra punta del mundo.
Hoy te enseño mi estrategia personal para superar el miedo. ¡Dale al play para conocerla!
Porque el miedo es una reacción instintiva que favorece la supervivencia. Movernos en el ámbito conocido, en la zona de confort, en nuestras rutinas es la mejor manera de ahorrar energía. Pero la inmovilidad puede hacer que estés viviendo una situación que te provoca insatisfacción y malestar, pero el miedo a lo desconocido provoca que te mantengas en tu zona de confort, aunque haya perdido todo el confort.
Y si hay algún aspecto en la vida en la que deseas cambiar, pero el miedo te paraliza y hace que recules en tu propósito aquí va un truco mental para ayudarte en el cambio.
La clave para activar el cambio
Juega.
Sí sí, me has leído bien, juega.
Sea el cambio que sea que quieres alcanzar consíguelo jugando. Piénsalo bien y remóntate a los años en los que jugabas. El juego era puro placer, y te ayudaba a explorar, a entrenar y a superar dificultades en tu día a día. Sin quererlo el juego era el puente de conexión hacia el adulto que iba formándose. En el juego ensayas los conflictos adultos, y pruebas cómo resolverlos hasta que encuentras la opción más adecuada y es la que integras en tu personalidad y la que utilizas de manera automática el resto de tu vida. Y todo ese aprendizaje en el espacio seguro del juego, que es inocente, explorativo.
Juega para cambiar
Así que, si quieres un cambio en tu vida, juega a que haces ese cambio.
Mis juegos para evolucionar
Quiero animarte a que juegues para conseguir el cambio que deseas, y no se me ocurre mejor manera que dándote ejemplos donde yo he utilizado el juego para ser la persona que soy ahora.
El primero que quiero compartirte es cuando me independicé de casa de mis padres para iniciar mi etapa adulta con mi pareja. Cuando abandoné la casa de mis padres me tenía muchos miedos de no sentirme preparada para ese paso aunque estaba deseando darlo. Así que jugar a "las casitas" me ayudó a responsabilizarme de mis deberes sin sentir la presión de ser la adulta que mi mente me exigía ser.
El segundo ejemplo es el día que me convertí en madre. Esa presión que sentí cuando pusieron a mi primer hijo en mi pecho y sentir que no podía ser la persona responsable que mi hijo necesitaba ha sido de las sensaciones más chocantes y apabullantes de mi vida. Así que estrené mi maternidad más relajada y jugando a "mamás y a papás". Y te puedo asegurar que en el momento en que disfruté esta etapa como un juego pude sentirme conectada conmigo para dar lo mejor a mi hijo.
Otro ejemplo es que para mi no ha sido fácil empezar a hacer videos en youtube. Tenía muchas ganas, pero con ellas, también tenía muchos miedos por la exposición, por el compromiso de ofrecer el contenido que deseo y que te sea útil, la crítica, la frustración de que no se vean… Si hubiera asumido ese compromiso con el peso del miedo hubiera tardado muchísimo más en empezar a hacerlos. Así que para mi fue mucho más liviano explicarme a mi misma que iba a jugar a ser “Youtuber”. Y entre risa floja y mente relajada es como di el paso.
Sé hoy la persona que serás mañana
Y es curioso porque sintiéndome segura dentro del juego esos primeros miedos, se diluyen. Y claro, que aparecen otros miedos, siempre hay algo que retiene, nuestra mente es muy sofisticada para asegurarse el ahorro de energía. Pero te demostrarás que los primeros miedos que tenías se han esfumado, y habrás ampliado tu zona de confort.
De hecho siento que esta visión lúdica de superación tiene mucha relación con la frase inglesa “fake it until you make”, que viene a ser una frase inspiracional para ser desde ya la persona que deseas ser en un futuro. Si sueñas con ser una persona distinta a la que eres ahora, actúa como si fueses ya esa persona. Si sueñas con ser tu ideal de persona, juega a que lo eres. Porque no hay nada más divertido que jugar mucho a que eres quien quieres ser.
Gracias por pasarte a leer. Siéntete libre de comentar.