
La mente es increíblemente sofisticada y genera estrategias para mantener protegidas nuestras emociones y sentimientos. Ante circunstancias que nos generan malestar, desde una leve incomodidad a un pico alto de estrés, la mente pone en funcionamiento estas estrategias para preservar el equilibrio mental.
Hace pocos artículos te hablaba del bloqueo mental como ejemplo de mecanismo de defensa, puedes leerlo aquí.
Hoy te explico los principales y más habituales mecanismos de defensa y te propongo un ejercicio con ellos, prepara los materiales. ¡Te espero en el vídeo!
Para empezar a hablar de mecanismos de defensa primero hay que saber qué son. Intentaré ser breve, porque de este tipo de información está lleno internet, librerías y bibliotecas.
El creador del término "mecanismos de defensa" fue Freud en su teoría psicoanalítica y son estrategias que la mente genera de manera inconsciente para salvaguardar la salud mental y mantener la armonía en situaciones que provocan estrés.
Todas las personas del mundo las hacemos en piloto automático. Y es habitual que durante nuestra vida usemos todo el abanico de mecanismos de defensa en diversos momentos de nuestra vida.
Sin embargo, dependiendo de nuestro carácter y personalidad tendemos a utilizar de manera habitual unos pocos. Como ya he dicho, no quiero que la información se haga repetitiva a otros artículos que hayas leído, haremos un repaso de los mecanismos de defensa más habituales que podemos usar.
Principales mecanismos de defensa
Aislamiento
Es la capacidad de desproveer de cualquier emoción situaciones vividas que son realmente dolorosas. Por ejemplo: El parte médico de un cirujano ante una intervención mortal en el quirófano.
Desplazamiento
Es la acción de trasladar las emociones que te ha generado una circunstancia a otra que nada tiene que ver con la que lo ha generado. Por ejemplo: el mal día que tienes en el trabajo te genera tensión que acabas descargando en casa con una discusión.
Disociación
es el acto inconsciente de olvidar por completo información que conocemos pero que recordarla nos haría daño. Por ejemplo: olvidar el cumpleaños de una ex-pareja.
Formación reactiva
Es la transformación opuesta de sentimientos que nos generan malestar incontrolable. Por ejemplo: Amar a la pareja de tu mejor amigo, pero mostrar desprecio por ella.
Negación
Es el acto de rechazar la situación que provoca el malestar, “si no lo reconozco, no ha pasado”. Por ejemplo: la expareja que sigue llamando y hablando con la pareja como si la ruptura no hubiese existido.
Proyección
Es el acto de atribuir cualidades o defectos a otras personas, desdibujando la propia personalidad de esas personas. Por ejemplo: la dificultad que tienes en relacionarte con alguien del trabajo porque te recuerda a una persona con la que tienes una relación tóxica.
Racionalización
Es el acto de convertir en coherente una circunstancia que sin la justificación sería incongruente: Por ejemplo: La persona que justifica una compra innecesaria y cara.
Represión
Es la acción de olvidar de manera voluntaria la situación que nos provoca malestar cuando ya somos consciente de ello. Por ejemplo: La pareja que evita un tema de conversación conflictivo para ambas partes.
Regresión
Es la acción de mantener una conducta más antigua, infantiloide ante una situación que implica crecimiento y madurez. Por ejemplo: La “rabieta” del niño al que no le compran la chuchería porque cenará pronto.
Aunque los adultos no estamos exentos de este mecanismo de defensa. La persona que llega a una conclusión vital, pero el cambio le genera tanto estrés que mantiene los patrones de conducta anteriores.
Espero que no te haya sido pesado y a estas alturas del artículo sigas conmigo. Ésta ha sido mi parte, ahora empieza la tuya, espero que tengas a mano tus materiales.
Y aquí a el ejercicio que te propongo hoy:
Dibuja tu mecanismos de defensa
Lo que te propongo hoy no tomará más de 25 minutos, prepara tu cronómetro que será un ejercicio flash.
El repaso a los mecanismos de defensa más habituales ha sido una estrategia para que fueras pensando en las situaciones que te provocan malestar y cómo actúas delante de ellas. Pues bien, tomando una de estas situaciones dolorosas para ti, toma papel y tus materiales (lápices, rotuladores, acuarelas…).
Toma el papel en horizontal y mentalmente divídelo en 3 partes:
En la parte de la izquierda vas a representar la situación que te provoca malestar en tu vida.
En la parte central vas a representar el mecanismo de defensa que utilizas.
Y en la parte de la derecha vas a representarte a ti y cómo te sientes cuando pones en funcionamiento esa estrategia.
Tómate 15 minutos máximo para hacer el trabajo artístico.
Una vez hecho contémplalo, y en los 10 minutos que restan del ejercicio te animo a que le des la vuelta a la hoja (si el dibujo está húmedo toma otro papel) y escribas lo que sientas referente al trabajo que has realizado:
Qué pensamientos te han surgido durante lo hacías o mientras reflexionas ahora en ello.
Porqué escoges ese mecanismo de defensa.
Qué circunstancias de la situación hace saltarla.
Cómo te sientes con ella.
Ya sea como crítica o alabanza hacia tu mecanismo de defensa.
Espero que pongas en práctica el ejercicio y te haya hecho reflexionar el tema que he tocado hoy.
Gracias por pasarte a leer. Siéntete libre de comentar.