Llevo años leyendo esta frase en las redes sociales. Y, lamentablemente para mí, casi siempre con el mismo fin. El dar a entender de manera subyacente a los que la leen que te sientes abandonado por alguien de tu entorno. Creyendo que era yo la que malinterpretaba la frase me dirijo al buscador y añado la frase para saber en qué contextos se mueve. Y ahí la tengo, titular de varias entradas a blogs disertando sobre el abandono y la falta de interés en las relaciones. Hoy voy a cambiar el prisma de la frase, vamos a darle una oportunidad a todas las personas a las que va dirija. Hoy hablamos de empatía.
Por qué no me gusta la frase
Personalmente no me gusta porque siento que es una frase acusadora. Y con tono a queja, eso a lo que soy alérgica. A esta frase, a la que se le añade un fondo bonito y ¡ZASCA! Ya está lista para ser la espinita que alguien clavará a alguien. Y aunque también existe la frase “hiere quién puede, no quién quiere”, siento que, si te sientes identificada con esta frase, algo se te remueve por dentro. Y siento que hay que ser cuidadoso al compartir esta frase por diversas razones:
Puede ser que la persona que la lea sea autoexigente, perfeccionista… Le estás sugiriendo veladamente que puede dar más de sí. “La madrugada se vuelve día” es cierto, pero ¿a qué precio? ¿Al precio de su descanso, al precio de su salud física y/o mental? La autoexigencia no es un don, es un lastre que la persona que lo sufre tiene que controlar para que no se convierta en ogro y no se permita descansar. No ayudemos a despertar al ogro.
Quizás dicha persona se está frustrando porque no llega al nivel exigido por las demás, y no necesita leer esta frase. Es indirectamente decir que sus esfuerzos no son suficientes. Qué desagradable es que te vayan recordando que no estás a la altura.
Quizás la persona a la que va dirigida la frase está pasando por una etapa de cambio, quizás está mentalizada en conseguir un objetivo, quizás en un proceso vital en la que necesita conocerse para reconocerse de nuevo. Y el tiempo es finito, todos disponemos de 24 horas, cuanto más abarquemos, más flojos son los esfuerzos para alcanzarlos. Permítele centrarse en lo que quiere centrarse. Si vuestra relación vale la pena, volverá. Todos hemos conocido relaciones del tipo “no nos vemos a menudo, pero cuando nos encontramos es como si nos hubiésemos despedido ayer”. Ten por seguro que en estas relaciones nadie escribió esta frase en su estado de Whatsapp.
Resignifico la frase
Realmente este post es un alegato al “Vive y deja vivir”. Si tu relación con esta persona no llega a tus expectativas, no te hagas mala sangre, no castigues con frases lapidarias. Reconoce que no es suficiente para ti y déjala ir. Tan sencillo como eso. Sin rencor. Sin queja. Despídete de ella de manera sanadora y sigue el camino que ya no compartís.
Porque no hay nada más maravilloso que conocer a personas centradas en su foco. Personas que han aprendido qué valores les guían y que los priorizan para crecer como personas. Poner foco significa eso, centrarse en un punto e ir a por ello. Sí, es posible que tú no estés en ese foco… pero creo que no te sorprendo recordándote que no eres el ombligo del mundo. La buena noticia es que este distanciamiento te ayude a valorarte a ti, y enfocarte en tus valores y priorices tus objetivos. Te ayude a valorar a las personas que sí te tienen en su foco y disfrutes de esa atención.
La otra buena noticia es que, si permaneces al lado de la persona que tiene su foco activado, de manera paciente, pacífica; cuando resurja de su etapa, disfrutarás plenamente de una relación mucho más enriquecedora y sanadora que antes. Porque esta persona valora tu espera y tiene mucho bueno que aportarte.
¿Resuenan en ti mis palabras? ¿Te has identificado en uno u otro lado de la frase? ¿Te has identificado con esta u otras frases lapidarias?
Gracias por pasarte a leer. Siéntete libre para comentar.