
Qué difícil es conseguir una Navidad en paz, ¿verdad?
Buenos, si eres de los pocos afortunados que tiene una armoniosa y pacífica Navidad te felicito, y te invito a que te mires cualquier otro post del blog porque aquí no tienes nada que rascar.
Pero si no es así, ¡te interesa! Te espero en el vídeo.
Llegan las fechas de diciembre y conoces a alguien que piensa:
“Ojalá pudiese dormirme el 23 de diciembre y despertarme el 7 de enero”.
Te suena? Quizás eres tú uno de ello.
Partiendo de la base de que la esperanza de vida en España es de 83 años, y las Navidades duran 15 días, desearías dormir 1245 días de tu vida. Lo que equivale a 3.4 años.
¡¡Uufff eso duele!! Porque creo que la vida es mucho más que sufrir los días. Porque no debes parecer la mejor compañía en estas celebraciones.
Y no me refiero a que si eres una persona a la que le ha pasado recientemente algo doloroso no tengas el derecho de vivir el duelo, tienes todo el derecho y lamento tu pérdida sea la que sea.
Me refiero a las personas que por norma general las fechas Navideñas las pasan anidadas en la queja y en la melancolía. En estas fechas muchos compartiremos eterrrrnas horas con personas que piensan así.
Siento ponerme tan drástica, pero las Navidades no van a dejar de celebrarse por poco que les gusten a algunos. Y está en tu mano hacer que valgan los 3.4 años Navideños de tu vida. Si eres uno de esos unos, o si te toca convivir con personas con este pensamiento este vídeo te interesa. Voy a darte unos consejos de cómo lidiar con estos sentimientos e ideas útiles para sacar a flote los encuentros familiares.
Cómo tener una Navidad en paz
1. Toma conciencia
La Navidad se ha convertido en sinónimo de exceso, “de todo y más”. Más regalos, más comida, más bebida. Y como todo en la vida, el exceso no es bueno.
Por ello, toma conciencia desde la parte más profunda de tu ser. Las digestiones pesadas nos entorpecen a la hora de pensar y, por consiguiente, a la hora de gestionar situaciones delicadas que puedan aparecer.
Sé consciente de que hay aperitivos, primer plato, vino, segundo plato, postre, cava, turrones, bombones, polvores, café y licores. El hecho de comer en una reunión social implica que estamos más pendientes de lo que hablamos que de lo comemos y por eso nos llenamos más.
Prueba a masticar muchas veces para darle tiempo al estómago a darle la orden al cerebro de que estás saciado y no necesitas comer más.
2. Contacta con la naturaleza
En la medida que puedas, antes de acudir a la reunión familiar, saca tiempo para pasear, si puede ser en entorno natural. Te conectará con el presente, y su silencio te aportará calma que desprenderás durante el encuentro familiar.
3. Practica la generosidad
Si lo piensas con perspectiva la Navidad son días intensos porque son seguidos, pero tampoco son tantos días en el año.
Es el momento para ser consciente de la generosidad que puedes ofrecer con tu tiempo.
Al escuchar por enésima vez las batallitas de la abuela, el último farol de tu cuñado o compartir el juego con tu sobrina. Saber que no te están “robando” tiempo, sino que tú generosamente lo estás ofreciendo cambiará mucho tu manera de actuar con ellos.
Y esos momentos te regalan de alguna manera aprendizaje, sobre ti o la persona con la que estás.
4. Medita
Antes de salir de casa o antes de salir del coche cuando hayas llegado.
5 minutos serán suficientes para concentrarte en tu respiración profunda y relajada. Recargarás por completo las pilas y entrarás a la reunión familiar con mucha paz.
5. Diseña estrategias
Esta parte necesita de una preparación previa, pero vale mucho la pena aplicarla. Consiste en diseñar un plan de acción para minimizar los efectos negativos que puedan atacarte en la reunión.
6. Realiza un trabajo artístico a posteriori
Como no podía ser de otra manera, siempre que pueda te ofreceré mi parte arteterapéutica, es mi misión.
En este rincón del mundo en Navidad hace bastante frío, pero te recomendaría que salieses a caminar un poco, ni que sea la vuelta a la manzana, para no llegar a casa con la carga emocional propia del encuentro.
Y cuando llegues a casa te recomiendo que plasmes en un papel tus emociones vividas en la reunión familiar. Sea escribiendo, dibujando, bailando, cantando… Vacíate de todo lo que necesitas sacar, no te lo quedes dentro.
El autocuidado es vital para salir a flote después de temporadas en las que se requiere mucha presencia.
Y la Navidad es una de ellas
Así que cuídate, por ti mismo y por los demás, que lo van a notar y lo van a agradecer.
Gracias por tu tiempo. Siéntete libre para comentar.