
Hoy vengo a romper una lanza a favor del aburrimiento.
Porque el aburrimiento, en niñxs y adultxs es esencial para nuestro crecimiento personal.
Si quieres saber más dale al play o sigue leyendo.
¿Qué es el aburrimiento?
Hoy en vez de ir a la RAE (me sentí un poco decepcionada con la definición de crianza, te dejo el enlace al post aquí y el vídeo abajo) acudo al doctor en psicología John Eastwood que tiene una gran investigación acerca del aburrimiento.
Él lo define como una experiencia desagradable de querer involucrarse, sin conseguirlo, en una actividad que le resulte satisfactoria.
Para él el aburrimiento siempre implica un fallo de atención. Habilidad que llevas a cabo ahora mismo cuando te concentras en lo que estás leyendo sin hacer caso en los demás estímulos de tu alrededor.
Diferencia, también, el ser aburrido y estar aburrido.
Ser aburrido es motivo de exclusión social en la actualidad y parece que todxs tenemos que tener una vida Instagramera para sentirnos validados (viajes, restaurantes, risas aseguradas…).
Estar aburrido es una emoción humanamente inevitable. La dra Esther Priyadhashini sostiene que debe aceptarse como algo legítimo y buscar modos de sacarle partido.
El psicólogo Rafael Santandreu defiende que el aburrimiento es indoloro, sólo produce malestar, así que keep calm.
Abúrrete, que no es para tanto.
¿Por qué no nos gusta aburrirnos?
Porque estamos acostumbrados a llevar nuestras vidas al máximo de tareas. No te digo nada nuevo al recordarte que el estrés es el factor de riesgo en salud más habitual en la actualidad. La dinámica de la sociedad empuja a hacer, no pensemos mucho, no vaya a ser que dejemos de consumir productos, servicios, redes sociales…
El aburrimiento es un punto de partida, y tiene dos caminos:
1. Camino hacia la autodestrucción
La frustración vivida al no poder conectarse a algo puede llevar a la ira, agresividad y conductas de riesgo como las adicciones en su más amplia gama (trastornos de alimentación, ludopatía, sustancias tóxicas…).
2. Camino hacia el autoconocimiento
El otro lleva a encontrarse al dar espacio mental para escucharse, para sentir, para agradecer.
Puedes tomarte el aburrimiento como una vivencia pasajera y darle la importancia que merece. Puedes descubrir que respirar es suficiente para seguir vivo, y sentirte agradecido por ello. Puedes apreciar la familia que tienes y aprovechar ese tiempo de “no hacer nada” para dar achuchones y besos a los que tienes cerca.
Puedes descubrir nuevos retos que son importantes para ti, o llegar a conclusiones vitales a las que no llegarías en momentos de actividad intensa.
Como anécdota que quizás no conoces, en los años 50 en Italia emergió un movimiento entre la clase burguesa y acomodada llamado “Dolce far niente” que vendría a traducirse como “el dulce estado de no hacer nada” en el que había espacio para la pausa y tranquilidad, donde era habitual el encuentro del arte…
"Me estoy aburriendo" y la creatividad
“Me estoy aburriendo”, dice tu chiqui. Apareció la frase. Puedes imaginarte lo que voy a decirte a continuación.
Tu hijx está desconectado emocionalmente de la actividad que hacía hasta ahora y no le apetece hacer nada. ¿qué puedes hacer? Aquí van 3 ideas para potenciar la creatividad en base al aburrimiento.
1. Orienta el aburrimiento positivamente
2. Ofrece una actividad rutinaria
La típica frase que nos decía nuestra madre de “¡¡pues ordena tu cuarto!!”. Pues tenían razón, ¡oiga!
La realización de tareas rutinarias ayuda a desvincularse de la frustración del aburrimiento y a liberar la mente para el autoconocimiento y las nuevas ideas. Y de paso habrás adelantado trabajo.
3. Acompaña en la nueva actividad
Y esto es todo por hoy. Espero que te haya entretenido y, sobre todo, que te haya dado que reflexionar.
Siéntete libre para comentar.
Gracias por tu tiempo.
Alba says
Super interesante el aporte!!!
Maite Galán says
Alba, ¡muchas gracias!