
La creencia del merecimiento es un temazo cuando no conseguimos la vida que deseamos. En el post te explico lso 2 pensamientos que te atrapan.
Si quieres saber más, dale al play!
Me encanta el lenguaje.
Me encanta leer y me encanta hablar, me encanta comunicarme (y no necesito un interlocutor directo, no por dios! Grabo vídeos en la soledad de mi casa...).
Me encanta el lenguaje.
Y me gusta porque el lenguaje es específico, es preciso. El lenguaje que utilizamos está muy perfilado, pulido, perfeccionado. Y esto tiene su parte buena, y su parte mala.
Es tan concreto, en una palabra hay tanta connotación emocional que a veces cuesta ser honesta con una misma y no llegar a líos semánticos. Hasta cuando escribo estos guiones yo misma encuentro fisuras a lo que quiero exponer porque siempre se puede pulir y especificar más... agotador. Flato me da a veces.
Es por eso que me dedico a lo que me dedico, a expresarme en otros lenguajes expresivos, más intuitivos y creativos.
Pues bien, hace años que me peleaba con la palabra "merecer".
Me gusta, pero le tengo tírria. Es una palabra que me pone en alerta. Me pone nerviosa. Porque lo asocio al final del antagonista de la película.
La palabra merecer se asocia generalmente a un final negativo, a un desenlace profético y justiciero... repelús.
Porque ¿qué significado etimológico tiene la palabra merecimiento?

Los sentimientos que se activan en el merecimiento.
Si te das cuenta, de las 4 acepciones, solo la primera sostiene la premisa de que es algo negativo
Es posible que si te pregunto "¿Tienes lo que te mereces?" se activen en ti uno de estos dos pensamientos:
La primera opción es que se active en ti este pensamiento justiciero que te comento a lo western. Suele acompañarte con frases hechas como "se lo tiene merecido". Es el sinónimo de castigo divino.
Así que si te pregunto si tienes la vida que te mereces pueden activarse en ti recuerdos de malas experiencias, emociones como la melancolía, la tristeza, el resentimiento... son recuerdos que te disgustan y te entristecen y te sientas que tu vida bien podría protagonizar la peli de Almodóvar de "¿Qué he hecho yo para merecer esto?".
Anidan en ti patrones victimistas, conductas pasivas de que la vida se pitorrea de ti con premeditación, nocturnidad y alevosía.
Qué puta la vida.
La segunda opción es que se active en ti un pensamiento de culpabilidad.
Estás bastante satisfecha con tu vida, has cumplido muchas metas que deseabas, y sigues teniendo sueños que cumplir, pero pedirle eso a la vida sería demasiado. Desagradecida.
Si tienes todo lo bueno que te mereces y deseas más, puede que entres en conflicto contigo misma porque, ¿Cómo me atrevo a desear más? ¿Quién me creo que soy para creer que merezco más y mejor? Se activan en ti sentimientos de autopercepción, justicia social, y autovaloración meritocrático.
La conclusión a la que llegas, y me juego mis mejores acuarelas de que el veredicto de ese juicio a ti misma va a ser a la baja.
Culpable de merecer más.
Así que a la pregunta "¿tienes la vida que te mereces?" ya te la respondo yo por si no te ha quedado claro.
La respuesta es No.
No tienes la vida que te mereces, porque tienes la brújula del merecimiento estropeada.
Muy bien Maite, y si no tengo la vida que me merezco ¿y qué mi*rda de vida tengo?
Vamos a calmarnos.
No tienes la vida que te mereces, porque en realidad tienes la vida que crees que mereces.
La clave está en lo que crees. Ah bueno, pues a partir de mañana empiezo a creer que me merezco millones de euros y arreglao, verdad Maite?
Cómo transformar la creencia de merecimiento
Estas creencias anidan en tu inconsciente, detrás de esa puertica cerrada a cal y canto es donde están los aprendizajes adquiridos en tu infancia, las bases de tu educación y la razón de tu comportamiento.
Tu inconsciente diseña para ti la vida que está preparada para asumir. Fin de la historia.
Así que eso de cambiar tu opinión o creencia sobre el merecimiento no es tan fácil.
Pues puedes empezar a plantearte cual es el significado que tiene para ti el merecimiento: si lo vives desde la parte más negativa en que la vida hace y deshace a su antojo y tú eres víctima de las circunstancias .
O si vives el merecimiento desde una visión distorsionada de "virgencita que me quede como estoy" del "podría mejorar pero prefiero no probar por si lo que me llega me castiga por avariciosa".
Y como sé que las propias palabras pueden sabotearte buscando ideas políticamente correctas, te aconsejo que lleves a una disciplina artística... A ver, ¿tenías alguna duda? Soy arteterapeuta, yo siempre te voy a invitar que explores desde tu creatividad y la expresión artísticas... de verdad que tienes cada cosa :p
Y si te gustaría probar eso de explorar tu concepto de merecimiento pero no sabes ni por donde empezar, te invito a mi audioejercicio de arteterapia "Libera a tu niña creativa", el que podrás hacer en el cajetín que encontrarás al final de este post.
Con él podrás explorar tu parte más creativa, y conectar con tu niña interior que tantas pistas podría darte sobre lo que te mereces de verdad.
Espero que te haya servido de utilidad, déjame un comentario sobre lo que opinas acerca del merecimiento. Me encantará leerte.
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Ludys says
Muy acertado. También me causa «piquiña» la palabra merecer. Porque»merecer» me suena a que tengo que hacer mil esfuerzos para lograrlo. Y siento que no debería ser de esesa manera.
Maite Galán says
Ludys muchas gracias por compartirte. Te entiendo perfectamente, el merecimiento es algo que nos han inculcado que implica esfuerzo sudor y lágrimas… Se activan sentimientos de infravaloración porque, sientes como tal que por ti misma no fueses suficiente. Y eso duele.
Hoy publico un vídeo de porqué no logramos muchos de los objetivos que nos marcamos, y tiene que ver con el merecimiento, te invito a que le eches un vistazo cuando lo publique.
Un súper abrazo!