
Hoy quiero tocar un tema delicado en la crianza, y en la sociedad en general.
Tan delicado, que he estado muy tentada de no publicarlo porque imaginaba lo controvertido que es.
Cuando una emoción desborda tanto que las palabras no son suficiente ( o no son herramienta porque el lenguaje es primario) y la emoción acaba en agresión.
Hoy vamos a hablar de cómo abordar y dirigir la agresividad de tu hijo a través del arte.
Nota importante:
El post es un ejercicio para trabajar en casa la gestión de emociones en niñxs pequeñxs. No es un tratamiento y no debes tomarlo como tal. Si tu hijx mantiene conductas agresivas fruto de alguna patología psiquiátrica o algún período emocionalmente inestable, por favor, acude de inmediato a un especialista de salud mental para que te asesore y ayude. No te quedes sólo con la información que puedo ofrecerte en un único post.
Y es que vivimos unos tiempos un poco rarunos para lxs niñxs.
La sociedad exige niñxs tranquilxs, calladxs y atentxs (que sean educadxs, adecuadxs, limpixs ordenadxs.. vamos, lo que no somos ni muchos de nosotros), desde bien pequeños.
Pero lxs niñxs, como lxs adultxs, conviven con todas las emociones de los adultxs y, para más inri, sin herramientas para gestionarlas.
Y si a un niño no se le deja ser un niño, la frustración que abraza es desoladora, porque ¿cómo te sientes tú cuando no puedes ser tú mismo? La sociedad necesita individuos colaboradores y pacíficos, si no nos extinguiríamos.
Pero una cosa es reforzar los actos que mejoran la sociedad y otra es ocultar lo que necesitamos mejorar.
A veces, lo que pasa, es que malinterpretamos energía con agresividad. La energía desbordante que tienen nuestrxs hijxs no es "mala", es la normal para su edad, el “problema” es que nosotrxs no tenemos ese nivel de energía, así que cuando exigimos que se estén quietxs esa energía rebosante que tienen puede transmutarse en violencia física.
Las muestras agresivas de lxs niñxs muchas veces son coartadas de manera tajante porque no son aceptadas por la sociedad (ya sea padres, maestros...).
No me malinterpretes, estoy a favor de reducir una conducta agresiva si puede herir a alguien, pero siento que esa conducta inadecuada queda en el aire y simplemente desaparece. No se trata de reducir solo, sino de reeducar.
Recurso para reducir la agresividad
Así que el primer ejercicio que te propongo es que le ofrezcas espacios para liberar su energía.
Que juegue libre por el parque, que paseéis por un camino verde, que hagáis una pelea de cojines… Lo esencial es que haya tu presencia, que estés allí con él o ella, dándolo todo.
Sé que no es lo más arteterapéutico que te esperabas, pero empieza por eso de manera habitual y el ejercicio artístico de vez en cuando.
Ejercicio artístico para trabajar la agresividad
Así que te propongo un ejercicio artístico para practicar con tu hijo y hablar con él sobre la agresividad.
Los niños muestran su agresividad con un acto físico: muerden, pegan, arañan y gritan, así que vamos a inspirarnos sobre esa tensión física para ayudarlos a canalizar su energía.
Lxs adultxs necesitamos también destensionarnos (gritando, dando golpes o portazos…) porque en su momento no nos enseñaron a canalizar esa energía. Lo malo es que esa muestra de tensión la solemos mostrar a los más vulnerables, nuestrxs hijxs, y eso es lo que aprenden.
Este ejercicio te lo recomiendo a partir de los 3- 4 años. A partir de los 2 años puedes hacer una variación mucho más corta en el tiempo y con menos consignas.
Material y tiempo
Como material te aconsejo hacer acúmulo de cajas de cartón para la primera parte y cinta adhesiva o de carrocero y ceras de colores para la última parte.

El tiempo que te recomiendo, es de 20 a 30 minutos.
Ejercicio artístico
Puedes ayudarte de una música que incite a la actividad física, al movimiento, a la tensión (la marcha de las "Valkirias" o "Carmina Burana o Fortuna" es la que uso yo porque provoca sensación de poder sin llegar al ruido cacofónico ni a la sobreestimulación), si ya hay mucha tensión puedes obviarla.
Podéis empezar armando una construcción de caja y antes de empezar deja clara las consignas:
- Se trata de desmontar y hacer añicos la construcción, por turnos, sin dañaros entre vosotros. Para meter en situación en el ejercicio podéis añadir una historia de aventuras al juego: un castillo que hay que destruir, un gigante que hay que derribar, un obstáculo en el camino que hay que superar... según la preferencia imaginativa que tengáis en casa.
-Si alguien se hace daño, se para el ejercicio hasta saber que todxs estáis bien.
- Utilizad el cuerpo para tirarla, hacedlo por turnos para no haceros daño entre vosotrxs. Valen manotazos, patadas, pero no otros objetos que puedan herir (palos, tirejas...).
Visualmente es muy llamativo ver cómo se desmorona una pila de cajas, el ruido que hace el golpe seco con eco y luego la caída de las cajas. Podéis seguir doblando las cajas y rasgándolas, todo este ejercicio consume mucha energía, y estaremos pasando de una explosión enérgica (que era el utilizar todo el cuerpo para derribar) a agacharnos y sentarnos en el suelo mientras rompemos los últimos pedazos de cartón que puedan nuestros brazos, hasta que sólo haya una alfombra de cartón a vuestro alrededor.
Cuenta unos 15 minutos de ejercicio físico intenso (cuanto más peque sea tu hijx, menos tiempo). Cuando detectes que la energía va disminuyendo o que empieza a desviarse la atención (no sigue las consignas marcadas) es momento de parar.
Avisa que la aventura llega a su fin, habéis conseguido derribar (el castillo, gigante, obstáculo...) e invita a estirarse encima del cartón y a relajarse unos momentos, como un auténtico héroe de leyenda.
Si has puesto música, cámbiala por una más relajante, alguna que le guste a tu hijx que le proporcione bienestar. Podéis estar 5 minutos recuperando energía, aunque seguramente será menos tiempo.
Ahora es el momento de dibujar.
Acerca a vuestro lugar el material (cinta adhesiva/carrocero y los colores) e invita a dibujar en un trozo de cartón la situación concreta de cuando siente la agresividad inicial:
Cuando se enfada con un amigo, cuando mamá o papá le dicen que no, cuando tiene que ceder juguetes a su hermanx o dar besos a quién no quiere… O las emociones que ha sentido cuando tiraba y rompía las cajas.
No es necesario dedicar mucho detalle al dibujo si no es necesario. Si estás atentx, un esbozo de sus emociones es suficiente para darte gran información de qué siente tu hijx.
Empatiza con tu hijx, comprende lo que siente y valídalo.
Valora y agradece que se ha expresado sus emociones, esas emociones que esconde muchas veces porque no son bonitas y nadie quiere ver.
Eso es lo más valioso del ejercicio.
Y, según la edad y capacidades de tu hijx, podéis llegar a un acuerdo de los límites que, como p/madres e hijx, para respetaros mutuamente. Podéis buscar opciones para provomer la descarga de la tensión física y emocional y así reducir los episodios de agresividad que podáis vivir.
Deseo de corazón, que te sirva para poder trabajar las emociones que desembocan en agresividad y podáis conoceros mejor, a tu hijx, y a ti mismx.
Y si lo pones en práctica, déjame tus conclusiones en comentarios. Me encantará leerte.
Gracias por tu tiempo.