
Todos los padres deseamos lo mejor para nuestros hijos. Que sean educados, guapos, altos, inteligentes, bondadosos… Por descontado, hay cualidades en las que no podemos influir, pero hay otras en las que sí podemos para educar a nuestros hijos.
La creatividad, como ya he hablado anteriormente, es una habilidad, y como todas las habilidades se entrenan. ¿Quieres saber más sobre cómo guiar a tu hijo hacia su creatividad? Hoy te doy algunas claves para ayudarle a desarrolla esa habilidad ¡Dale al play!
La creatividad es la habilidad más salvaje porque de la creatividad y la imaginación surgen los superhéroes más poderosos y los monstruos más aterradores. Y los procesos mentales de los niños están estrenándose. La lógica es prácticamente selva virgen y es la etapa en que más creativos y originales son. El ejemplo más habitual son las frases que nos regalan y que nos hacen reírnos a carcajadas.
Somos padres precavidos y queremos que nuestro hijo mantenga esa habilidad a pleno rendimiento porque será muy valiosa en su futuro... O eso nos han dicho, porque nosotros "no tenemos imaginación" y no sabemos para qué les servirá...
Pues bien, aciertas totalmente apostando por la creatividad de tu hijo. Porque sin creatividad sólo nos queda ser máquinas automatizadas. Y no hemos venido al mundo para ser eso.
La clave para la creatividad en edades tempranas es darle espacio de tiempo y de lugar para poder crear lo que se le antoje. Así de sencillo, así de complejo.
Y hasta aquí el post de hoy, gracias por pasarte a leer… vaaaaleee que noooooo
Si bien es cierto que con esta premisa tendría suficiente para ayudarte a potenciar la creatividad de tu hijo, sé que esperas algo más, así que ¡aquí van unas cuantas sugerencias!

7 claves para desarrollar la creatividad en tu hijo
1. Reduce el uso de tecnologías
Tenemos un cajón precioso lleno de libretas, colores, tijeras… Pero el niño sólo quiere ver dibujos animados. No lo culpo, el ser humano tiende al mínimo esfuerzo. ¿Para qué dibujar si en la tele ya los hacen, y además con guion ya preparado? Sé que cuesta reducir la exposición de tele, prueba a poner un horario de TV/Tablet/móvil. El resto del tiempo que los dibujos sea los que fabrique él.
2. No obligues
El juego es su trabajo, pero el juego debe ser libre, precisamente para potenciar esa creatividad. Si juega concentrado en construir un edificio no le cambies el juego porque lleva días sin dibujar.
3. No dirijas la actividad
En la mayoría de los casos los niños, por imitación de otros niños o por experiencias previas, ya saben a qué quieren jugar y cómo quieren jugar.
4. Observa
5. Prepara el espacio
6. Deja que se aburra
7. No respondas a todas sus preguntas
Tiene una retahíla de preguntas listas para hacerte, y no has acabado de contestar una que te asalta con una nueva pregunta según tu respuesta.
Está bien contestar las preguntas de tu hijo de la manera más sencilla y concreta que pueda entender para su edad.
Pero, ¿y si yo te digo que a veces no necesita tu respuesta? En muchas de las ocasiones los niños preguntan hacia el adulto, pero porque desconocen aún que pueden hablar con ellos mismos. En la mayoría de los casos las preguntas que lanzan al adulto son preguntas que se hacen ellos mismos, son diálogos internos en voz alta.
Cuando tu hijo te pregunta tantas cosas en realidad está filosofando acerca de la realidad de los hechos que vive, y divaga sobre lo que es universal y lo imaginario, ¿no es increíble?
Ante estos momentos prueba a responder con “no sé, ¿Tú qué crees?” o “¿Cómo crees que debe ser?”. El verbo “creer” le indica que puede, sin temor, expresar su lógica. Y el hecho de darle margen para que conteste sus preguntas le ayuda a integrar que los padres no lo sabemos todos, también ignoramos y aprendemos con humildad de su creatividad.
Y, ahora ya sí, esto es todo por hoy.
Aprovecho para comentarte de que de todo esto y mucho más voy a tratar más extensamente en mi nuevo curso, que verá la luz en diciembre. Un curso para madres, padres e hijos de 0 a 6 años que ayudará a trabajar la educación emocional desde el arte, y no sólo la de tu hijo, si no la tuya también.
Gracias por pasarte a leer. Siéntete libre de comentar.