Para muchos de nosotros septiembre, junto con inicio de año, son fechas claves para la motivición y para encarar nuevos retos que se presentan inesperadamente, aceptamos o buscamos.
Sea quizás por el márketing de los fascículos coleccionables, el inicio de curso o no, estos días son el pistoletazo de salida para marcarnos objetivos y cumplirlos con ahínco.Y no es de extrañar que, como en otras situaciones, sobrecargamos la lista de objetivos.
Dejar de fumar, ir al gimnasio (porque seguro que ya estamos apuntados), perfeccionar un idioma son los más habituales y se llevan el primer puesto de tópicos que no llegan a cumplirse más allá del primer trimestre. Pero no son los únicos: ahorrar más, dejar de comernos las uñas, adelgazar, aprender a cocinar, leer más, bajar el ritmo frenético de nuestra vida, cambiar de trabajo, viajar más… son otros, y así, un suma y sigue de todo lo que queremos alcanzar en nuestra vida. Y cada año los mismo objetivos que no se cumplieron el año anterior porque «el que mucho abarca, poco abraza».
Pero este post no es para regocijarnos en nuestra laxitud objetival, ¡no no! Es para poner en situación, para darnos cuenta y de ahí avanzar, resignificar y replantear los objetivos. Este post será la primera parte del tema, puesto que el tema el cuestión tiene miga y no quiero dejarme nada por querer concentrarlo todo en un sólo post.
Por lo pronto debo decir lo que parecería obvio. No valen las eternas listas que deben conseguirse a un año vista. Los días en el año son los que son, y las horas que tenemos disponibles son concretas; no pretendas acabar las 20 asignaturas que te faltan para acabar la carrera, ir al gimnasio, mejorar el inglés, trabajar media jornada, ser voluntario en una organización y tener vida social porque el agotamiento formará parte de tu vida, desistirás en tus objetivos y tu estado de salud físico y mental se resentirá.
El planteamiento de objetivos debe tener pies y cabeza. Si durante el año te asalta un objetivo que quieres conseguir no esperes a septiembre para ponerte con ello, a no ser que estés trabajando ya en un objetivo con todas tus energías; en ese caso te aconsejo hacer una lista a mano o en el móvil y añadir los objetivos y sueños que quieras cumplir, luego explico cuando y cómo trabajar dicha lista. Sea cuando fuere, te aconsejo que apliques los mismos pasos o el objetivo en cuestión navegará a la deriva y no llegará a puerto. La manera más efeciva de saber si los objetivos son lo suficiente motivadores es preguntarse el por qué. El por qué de ahorrar puede ser para hacer un gran viaje, para independizarse, para un coche, para pagar una deuda… El de dejar de fumar puede ser para ahorrar, mejorar la salud, librarse de la dependencia a la nicotina… El de ir al gimnasio puede ser para prepararse un Camino de Santiago, superar unas pruebas físicas para un mejor trabajo, mejorar tu aspecto físico o, mejorar la condición física y no ahogarse en el «sprint» de no perder el bus que está a punto de irse… Todos tus por qués son importantes y te aconsejo que los escribas también y los guardes con la lista, porque más adelante nos ayudarán a no perder de vista la meta y a recordarnos por qué no vamos a dejar de trabajar por nuestros sueños y deseos.
Lo primero es centrarse en qué queremos conseguir, y hacer lista de objetivos que nos gustaría cumplir, todos ellos, no obvies ninguno por pequeño que parezca. Y ver si hay objetivos relacionados entre sí, como objetivos laborales, objetivos personales… y agruparlos y numerarlos, de más básicos a más complejos. En muchas ocasiones se trata de un objetivo a gran escala y éste mismo se puede desglosar en objetivos a corto plazo. Por ejemplo:
Objetivo a gran escala/ objetivo a largo plazo: Cambiar de trabajo.
Objetivos a corto plazo:
– Mejorar idioma extranjero
– Perfeccionar uso de programa informático específico.
– Hacer curso específico.
– Actualizar currículum
– Actualizar perfil en webs específicas laborales.
– Enviar o entregar currículum a empresas en las que quiero presentar mi candidatura.
Como ves, el objetivo a largo plazo, conlleva objetivos más concretos, que te ayudan a concretar qué necesitas hacer para conseguirlo. Y los objetivos a corto plazo ayudan a materializar y concretar cómo conseguir el objetivo a largo plazo sin que se vuelva un objetivo etéreo e inalcanzable; te ayudan a saber si es realista (por ejemplo, no es realista querer ser piloto de aviones si nos da miedo volar) y a saber a qué distancia estás de lograrlo y cuantos pasos necesitas dar para conseguirlo.
Yo suelo centarme en 3 objetivos cada año, cada uno lo inicio en las fechas de máxima motivación:
– En inicio de curso lectivo
– En año nuevo
– En el cumpleaños. El dígito cambia y durante ese año hemos aprendido, ganado y perdido. Somos un año más maduros y con lo aprendido podemos resignificar y proponernos crecimiento para el año nuevo que cumplimos. A mi personalmente, lejos de entristecerme, me alegra muchísimo cumplir años. Significa, para empezar que sigo viva y celebro la vida, y para seguir, que me encanta cumplir años si he tenido nuevos aprendizajes, si he vivido experiencias, si me he rodeado de personas que suman a mi vida; y en mi cumpleaños suelo revisar el año que ha pasado y saber qué me ha aportado, en qué me he superado y en qué me he encallado, todo ello para seguir avanzando. En mi caso, mi cumpleaños es en septiembre, así que tomo dos objetivos en estas fechas, pero si los objetivos que escojo para estas fechas son muy ambiciosos suelo dejar uno de los dos para primavera, y en todo caso, es en primavera cuando hago una revisión de los objetivos.
Creo que por ahora es suficiente, este primer post ha sido para situarnos y centrarnos en lo que trabajaremos los próximos días. En la segunda parte del post ahondaremos más sobre los objetivos a trabajar. Deseo que te haya sido útil esta entrada y te animo a que pongas en práctica la lista de objetivos. Busca un momento para ti, en tu rincón de la casa, de la biblioteca, de una cafetería, donde estés relajado y cómodo; y da rienda suelta a tus sueños, y anhelos y sus por qués.
Te espero en la siguiente entrada. Siéntete libre para comentar.